La cara más oscura de la ciudad de la luz

Los alumnos de 1º Bachillerato hemos podido ver los contrastes que hay en nuestra sociedad gracias a la Ruta Ignaciana en París.
Este puente de diciembre hemos tenido la oportunidad de conocer una cara de París en la que conviven personas ricas y, junto a ellas, personas desproporcionadamente pobres y marginadas. Tras ver los grandes contrastes que hay en nuestra sociedad y haber estado reflexionando sobre qué podríamos hacer nosotros para ayudar a mejorar esta situación, se nos han ocurrido distintas ideas y proyectos que os iremos contando, como encuentros con refugiados que viven en Donostia, en la que podríamos organizar diferentes planes como ir a tomar algo, pasear, practicar algún deporte, etc.

Diario de la búsqueda de la verdad:

  • Día 1:

El miércoles amanecimos en un albergue de la capital francesa con el reto que proponía lo siguiente: teníamos que buscar y sacar fotos a casas bonitas, coches lujosos y objetos de valor cerca de las Galerías Lafayette. Después de comer fuimos al Museo del Holocausto Judío (Shoah) donde pudimos ver una parte no tan brillante de París. Pero la cara más oscura la vimos al anochecer cuando visitamos el barrio 18. Este es el barrio con más inmigración de París y todo lo que vimos allí nos llevó a reflexionar sobre la aparente invisibilidad de esta parte de la ciudad.

  • Día 2:

El jueves por la mañana, partimos sobre la reflexión que hicimos en el día anterior y tuvimos el placer de visitar a dos refugiados. Con ellos realizamos diferentes ejercicios para trabajar la confianza y un taller de teatro con el maravilloso Kendrick. Más tarde, vino Marcela, una de las gestoras de SJR (Servicio de Jesuitas a los Refugiados), y nos explicó cómo funcionaba el programa Welcome de integración. Después empezó la lluvia de ideas y surgieron distintas iniciativas como la cena solidaria que se celebrará el próximo 22 de diciembre. Esta cena será organizada por alumnos de 1º y 2º de Bachillerato y la compartiremos con personas sin hogar.

  • Día 3:

El viernes hicimos una ruta por los lugares Ignacianos como la Universidad de la Sorbona, el Colegio Mayor de Santa Bárbara, la Torre de Santiago y el Barrio Latino. Así, pudimos conocer un poco mejor la vida de Ignacio de Loyola. Por la tarde fuimos a Sacre Coeur y después de pasear por el barrio de los pintores, hicimos una pequeña eucaristía en capilla Saint Étienne, cuna de la Compañía de Jesús. Más tarde, volvimos a la capilla de Sèvres donde repasamos todo lo vivido aquel día y dimos gracias por ello. Para concluir, participamos en una cena improvisada con la red de SJR, en la que estaban los refugiados y sus familias de acogida. La velada fue un estupendo remate final para nuestro viaje ya que pudimos compartir cantos y charlas con ellos.

  • Día 4:

El sábado recogimos todo y volvimos hacia Donosti en un viaje que sirvió para pensar en todo lo vivido durante el puente. Nos dimos cuenta de cómo está el mundo de verdad, de cómo la gente prefiere vivir con los ojos cerrados y no hacer frente a la realidad antes de vivir con los ojos abiertos y de servicio a los demás. La sociedad, llena de injusticias, pide ayuda a gritos y nadie escucha su mensaje. Pero nosotros sí que lo hacemos, y hemos decidido desarrollar un proyecto para responder a esas necesidades. Con el Proyecto Refugiados queremos reunir a todos aquellos alumnos de 4º de la ESO y de Bachillerato que quieran ayudar para así empezar a aportar nuestro granito de arena a la causa. ¡Os iremos contando más avances y os animamos a participar!
Marta Sanz Aizpiri, alumna de 1.º de Bachillerato

Buscando el norte… en París

Autor: Itxaso Aramburu

*Traducción del texto original

El puente de diciembre ha sido especial para los alumnos de Bachillerato. Siguiendo los pasos de San Ignacio de Loyola, hemos vivido experiencias interesantes y enriquecedoras en París.

Para los que no conocen la ciudad, han visto que es una ciudad llena de luz, con una cultura riquísima. El primer día de nuestra experiencia de 3, visitamos el museo Louvre donde descubrimos pinturas y esculturas de distintos países y épocas. A la tarde, acompañados por el sol, visitamos el centro y la Catedral de Notre Dame. Para cuando nos dimos cuenta era de noche y descubrimos que el día en París es más corto que en Donostia. Terminamos compartiendo reflexiones de la jornada y nos preparamos para el siguiente día.

Ha llegado el segundo día y continuamos con los pasos de nuestro fundador, a la vez que nos damos cuenta de que su estancia en París fue muy importante. Tras encontrar su nombre entre los alumnos ilustres de la Universidad de Sorbona, hemos continuado hacia Monmartre. En este pequeño y encantador barrio no nos hemos podido resistir a la tentación de hacer alguna compra y degustar un dulce crêpe. Aprovechando el atardecer, hemos ido a visitar la Torre Eiffel. En el camino hemos vivido un momento relevante en la cripta de Saint Denis recordando la reunión de San Ignacio en ese lugar y haciendo un guiño al compromiso que adquirió.

El último día hemos aprovechado para ver los contrastes de París. El recorrido comienza en Arc du Triomphen, bajando por Champs Elyssées. La calle está muy tranquila y, según parece, los lunes no son el día elegido para hacer compras de lujo. Esto nos permite pasear tranquilamente entre tiendas, sin mirar detalladamente a los precios de los escaparates, por si acaso. Tras pasar la zona de ‘lujo’, hemos recorrido una zona acondicionada para la Navidad hasta Concorde.

Tras reflexionar en torno a jornada de la mañana, nos dirigimos al norte, hacia la basílica de Saint Denis. Saliendo del metro nos encontramos con un París cosmopolita, pero aquí las paredes del metro no tienen baldosas, hay tiendas de todo tipo y los precios son más bajos que los habituales. Las marcas de éste París pueden ser las heridas en los corazones de las personas escondidas en una realidad cruda provocada por las dificultades diarias, que se mantiene invisibles.

Seguramente esto ha sido lo que nos ha dado la fuerza para reflexionar en torno a dónde dirigimos la brújula de nuestras vidas. Abramos los ojos y volvamos a nuestra rutina, pero teniendo en cuenta las luces y las sombras de la realidad.
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