Arrupe sueña en Guetadar

Cada comienzo de curso, el equipo de Arrupe se escapa un fin de semana a Guetadar para definir los propósitos de curso y arrancar con ilusión. Es su particular “finde de los sueños”.

Este año las ganas de soñar han estado impulsadas, además, por la participación de 15 nuevos jóvenes que se incorporan, tras finalizar su etapa de Bachillerato en el colegio, a la gran familia de monitores-as. Además, 9 alumnas de 2º de Bachillerato han querido formar parte de esta experiencia (otros compañeros no pudieron acudir) con el objetivo de poder ser, en un futuro no muy lejano, miembros de esta gran comunidad y dar lo que ellos como alumnos están recibiendo. En la escapada también han participado pastoralistas del colegio que acompañan todas las iniciativas que realizamos en Arrupe Donostia.
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Como principal herramienta de trabajo para el fin de semana, Arrupe Donostia se ha basado en el Marco de las Comunidades Juveniles Ignacianas redactado por lo grupos ignacianos juveniles de la Zona Norte. El documento trata de definir cómo son los jóvenes de hoy en día y cuáles son las principales claves que debe tener un grupo de tiempo libre ignaciano que promueve el crecimiento y la formación de personas para los demás a través de actividades de tiempo libre.

Según las claves que identifica el Marco, el contexto juvenil actual nos plantea un alumnado que se siente protagonista de su propia vida y con ilusión de alcanzar sus metas. Nuestros alumnos, inquietos por naturaleza, buscan experimentar, vivir y relacionarse para comprender lo que les rodea. Todo ello, en un contexto donde la tecnología hace que vivan sobre-conectados y expuestos, lo que no evita una necesidad de cierta soledad e intimidad de uno mismo. Otro de los puntos claves es el reclamo de sus propios espacios, significativos y diferenciales de aquellos que usan con personas adultas y/o niños/as.
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Por ello, y con este punto de partida, sabemos que tenemos que seguir soñando para garantizar que Arrupe sea ese espacio acogedor que ofrece experiencias a los alumnos y, sobre todo, les acompaña desde la cercanía en ese crecimiento en valores humanos que les hacen ser personas para los demás.

No lo podríamos hacer sin ese gran equipo formado por monitores a los que les mueve el interés por educar y entienden esta labor desde la gratuidad, en clave de agradecimiento por lo que han recibido ellos de otras personas. Ese equipo que hace comunidad este fin de semana, (algunas personas incluso desplazándose desde Barcelona, León, Madrid o diferentes puntos de Euskadi), que coge fuerzas para dar lo mejor de cada uno en todo el proceso de acompañamiento a nuestros alumnos, desde el compromiso, la responsabilidad y el trabajo en equipo. ¡Gracias a todos los que nos habéis acompañado! ¡Gracias por venir a soñar y por hacer realidad durante el curso todos esos sueños!
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